York y otra historia más

Hoy voy a contarles dos cosas: una muy buena que fue mi viaje a York el fin de semana y otra que la dudé hasta el último minuto porque sé que varios no me van a dejar de molestar en mucho tiempo por esto, pero sé que igual es divertido y se van a matar de la risa cuando lo lean... Al final esa es la idea también, que se diviertan con lo que escribo.
Partiremos con la visita a York que ha sido lejos lo mejor que he hecho desde que estoy acá, además es el primer gusto que me doy de ir a un lugar interesante.
Resulta que por tiempo apenas podía ir por un día (el domingo) porque el sábado trabajé todo el día en el restaurant y, aunque estaba muerto de cansado, me dio lo mismo levantarme temprano para juntarme a las ocho y media de la mañana con Mirjam, una amiga alemana con la que me puse de acuerdo para ir.
¿Por qué tantas ganas de ir a esta ciudad? De partida porque no está muy lejos de Manchester y además porque durante mucho tiempo fue la provincia más importante de lo que ahora se conoce como Gran Bretaña. También como dato les puedo contar que en el siglo IV Constantino I (el primer emperador romano) convocó al Concilio de Nicea en lo que se conoce como el primero de los Concilios Ecuménicos.
A las 9 estábamos viajando y como una hora y media después llegamos a Leeds, donde tuvimos que esperar 45 minutos para esperar el otro bus que nos llevaba a York.
Llegamos al final cerca de las 12 y el recibimiento de la ciudad fue increíble con una de las pocas murallas romanas que sobrevivieron a la invasión de los vikingos y que yo varias veces había visto en fotos esperando algún día estar ahí. Nos bajamos en la estación y desde ahí ya se veían las torres del York Minster, la catedral gigante de la ciudad que tiene un estilo gótico que la hace preciosa. Adentro es impresionante la construcción, los vitrales y lo enorme que es.
Además subimos a las torres, el punto más alto de la ciudad desde donde se puede ver todo York de manera increíble, aunque para llegar ahí hay que pasar por unas escaleras estrechísimas e interminables en forma de caracol.
Es lejos hasta ahora la construcción más linda en que he estado en mi vida, aunque estoy esperando por conocer la famosa “Sagrada Familia” de Barcelona, que dicen es una de las más lindas de Europa y que seguro visitaré cuando viaje para el año nuevo a juntarme con la Dani Assael, una amiga de la Universidad.
Siguiendo con York les cuento que la ciudad tiene cosas muy especiales, calles estrechas y construcciones antiguas que me hicieron sentir realmente varios siglos atrás, cosa que acá en Manchester no me ha pasado mucho.
El centro también tiene cosas especiales porque los locales que hay tratan de mantener el estilo antiguo. Además la decoración navideña les dio un toque especial que me gustó mucho.
Por supuesto no podía dejar de ir a la Clifford Tower, los restos del castillo que hubo en la ciudad en su época de gloria y uno de los pocos que quedan acá en Inglaterra porque la mayoría están en Gales y en Escocia (donde también iré aunque en harto tiempo más). Sobre este “castillo” les puedo decir que está como en la cima de un pequeño cerro, al medio de lo que ahora son dos ríos, pero que en su época era un lago gigante que protegía a la ciudad y al castillo principalmente de los ataques de los invasores. Además adentro hay como toda una historia de la evolución que ha tenido así que fue muy choro estar adentro. Esta parte específicamente era donde estaban los soldados que vigilaban todo alrededor.
Esos eran como los lugares más “turísticos”, pero la ciudad es impresionante, de verdad me encantó y estoy contento de haberme dado este gusto, además lo pasé muy bien y me maté de la risa todo el día conversando con Mirjam.
Lo demás fue caminar y recorrer las calles, no entramos a los museos porque no había mucho tiempo y en realidad me perecía más interesante conocer las construcciones, aunque si tengo otra oportunidad de ir más delante de seguro voy a entrar al de los vikingos y al de la ciudad que tiene muchas cosas históricas.
Ahora viene lo otro y les pido que no me suban mucho al columpio por esto, no estoy para nada orgulloso pero sé que les va a dar risa y por eso lo escribo.
Resulta que el otro día estaba en el restaurant y llegó un grupo de gays a comer, cosa que no es muy extraña en todo caso... La historia es que me tocó ir a tomar la comanda de los postres y uno de los comensales pidió chocolate fudge cake, que se sirve en un plato de greda caliente y que por eso mismo hay que decirle a la gente que tenga cuidado.
Lo llevé y le dije al tipo: “take care because the plate is hot”, y el muy idiota me respondió serio: “me too... with you”. Yo me quedé helado y por supuesto que me fui lo más rápido que pude, no sin tener ganas de partirlo a combos.
Pero eso no fue todo porque cuando se estaban yendo el idiota llegó a la barra (donde estoy casi todo el tiempo) y me dejó un papel que decía “Kevin’s mobile”... Me dio su celular el infeliz y lo peor es que al lado mío estaba Marco, el italiano con el que me hice amigo, que cachó todo y que no ha parado de molestarme en toda la semana... Qué espanto!
Ya, sería eso por ahora, aunque prometo más historias para más adelante y por favor eviten los comentarios malintencionados porque no se me está dando vuelta el paraguas.

PD: Sí, boté el papel.